*Con el limón sevillano, una bebida de leches y limón, como su emblema principal, el lugar fundado en 1974 conserva su esencia y sus recetas; sus tortas son uno de los platillos más característicos
Guadalupe Juárez
Puebla, Pue.- El menú es amplio pero hay una estrella: el limón sevillano, una bebida de leches y limón: un líquido blanco, nada espeso, licuado. Su sabor es dulce, pero refrescante con ese toque cítrico que alivia la sed.
Considerada una bebida poblana, al ser una variante de la limonada, pero la más famosa es de la Frutería Granada, un lugar que pocas veces está vacío, siempre hay una fila de personas que observan el menú o saben de memoria cuál es el platillo que van a ordenar.
Hay más opciones para disfrutar: tuna, piña, tamarindo, jamaica, guayaba, horchata y acachul, una fruta que proviene de la sierra norte del estado. Los jugos de diversas frutas y combinaciones son 90 por ciento néctar y el 10 por ciento agua.
Las tortas son uno de los platillos más característicos, desde las tradicionales de milanesa hasta de sabores menos convencionales como la de roast beef. Lo mismo que cócteles de frutas, cremitas y hasta papas fritas.
El sitio, ubicado en la 43 Poniente en la esquina Capitán Carlos Camacho Espíritu, es frecuentado, regularmente, por los hijos o nietos de otros que ya habían acudido como parte de la costumbre familiar. Llegaban a degustar jugos o tortas a la plancha, cuyo pan doradito, se distingue de cualquier otro.
Visitan la frutería para revivir esos recuerdos, algunos desde 1974, fecha en la que se fundó el establecimiento.
Ignacio Analco vivía en Atlixco y en su casa tenía un árbol de granada en el patio cuando fundó el lugar, lo llamó “La Granada”, recuerda uno de sus sobrinos Gerardo Sánchez.
“Hay clientes que llegan con hijos y que a sus hijos se les atendía desde muy chicos y ahora vienen con sus nietos, es una tradición que cuando tú preguntas ¿algo de comer en Puebla?, Prácticamente tienes que ir por un limón sevillano o un jugo a la granada (…) La Granada es tradición, es familia, es Puebla”, dice.
El negocio sigue siendo familiar y ha pasado de generación en generación tras la muerte del fundador, conservando su esencia y sus recetas.
